Había una vez un niño llamado Francisco, el padre de este siempre le decía que seria uno de los mejores jugadores de Chile y del mundo entero, su padre lo aconsejaba que se dedicara al fútbol, pero a Francisco le llamaba mas la atención jugar en el computador y salir a fiestas con sus amigos.
Este joven fue creciendo y cuando tenia 15 años se dio cuenta que lo que le aconsejaba su padre era verdad, tuvo un cambio en su vida, dejo de salir a fiestas y se dedico 100 por ciento al fútbol, empezó a entrenar en un club deportivo que quedaba cerca de su casa, en todos los partidos de entrenamiento, oficiales u otros anotaba goles, un día jugando un director técnico de un club mas grande (universidad católica) lo fue a ver y al termino del entrenamiento le dijo si quería ir a jugar a Santiago, el director técnico le dijo que tendría para estudiar y jugar a la pelota gratis, le donarían zapatos y se podía quedar a vivir en un complejo de la universidad católica, el chico muy feliz fue a su casa a comentar la propuesta, su padre no estaba ya que trabajaba hasta tarde, pero cuando llego se puso muy feliz, de lo contado por su hijo.
Al otro día muy temprano lo fueron a buscar unos amigos de el, lo invitaron a jugar a la pelota y el pidió permiso y fue, comenzó el partido y cuando llevaba la pelota por un costado lo interceptan dos jugadores contrarios y cae al suelo, intenta pararse pero no puede y se da cuenta que su pie esta quebrado, lo llevan al hospital, después de ponerle yeso el doctor le comunica a su familia que no podrá volver a jugar a la pelota por lo menos un año, muy triste su familia y él llegan a su casa, después de un tiempo de haber estado en cama llegan de la universidad católica dirigentes a su casa a buscarlo, pero al verlo tan mal y un poco pasado de peso deciden irse y el chico pierde toda posibilidad de jugar en el fútbol profesional.
Después de un año ya estaba mejor y vuelve a jugar a la pelota pero en un ritmo mas calmado, jugaba muy mal le costaba controlar sus pies y empezó a quedar en la banca, muy enojado se puso a trotar con el balón hasta que empezó a controlar de nuevo sus pies, a sus 16 años ya empezó a jugar bien de nuevo, anotaba goles y no quedaba en la banca, le llego una nueva oportunidad de poder jugar a la pelota en el fútbol profesional, esta oportunidad no la desaprovecho y se fue a jugar a la universidad católica, a sus 17 años debutó por la universidad católica y en su primer partido del fútbol profesional logro anotar el triunfo de su equipo, muy feliz siguió jugando por este equipo hasta que un día fue llamado por un director técnico del extranjero este le ofrecía mucho dinero, casa y muchos autos, el acepto esa propuesta y el club deportivo donde estaba también. Así emigro al Inter de Milán a sus 19 años, con su polola y su familia, debuto después de un par de meses de entrenamiento y exámenes, muy feliz entro a jugar, después de unos cuantos partidos logro anotar dos goles y así comenzó su racha goleadora, salio el mejor jugador del campeonato, su equipo logro ganar todo lo posible.
Después de muchos años ya un poco agotado de anotar y de jugar decidió volver a chile a su equipo de sus amores, fue muy bien recibido por la hinchada y comenzó a jugar de nuevo pero mas relajado, empezó a engordar y después de un año se retiro.
Se dedico a cuidar sus hijos con todo el dinero que tenia de tantos años de haber jugado, y con su esposa se casaron y vivieron muy felices, el fue recordado por siempre como uno de los mejores jugadores que jugo en el Inter de Milán.
Alberto Lizana
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